25 de octubre de 2012

Restaurantes contra el hambre - Makro

Como ya os hablé aquí, hay una campaña desde septiembre hasta mediados de noviembre para recaudar fondos para ayudar a la desnutrición infantil y el hambre -Restaurantes contra el hambre-. Pues bien, yo hice todo un trabajo de campo hablando con 294972 restaurantes sobre qué platos ofrecían, como era la carta, como colaboraban... para escribir una crónica, que luego no se publicaria, pero bueno, la vida es así. Yo me lo pasé fenomenalmente buscando los restaurantes, enviando mensajes y hablando con camareros. Y al final, por la economía, elegí al Makro, que me pareció interesante.


Makro, un restaurante vinculado al centro comercial Makro que es una especie de supermercado al por mayor que está en plena Zona Franca. Hay un self service muy variado, pero para colaborar con la campaña ofrecían un menú a 8€ cerrado que me pareció interesante: Ensalad César, Medallón de ternera con salsa de pimienta, tarta de queso y Agua. No es lo más maravilloso del mundo, cierto, pero es un menú completo y la verdad es que ambos platos me gustaron mucho a primera vista!


Ahora bien, para variar, entre las fotos del super poster y la realidad, la verdad es que había un abismo. Para empezar, las chicas iban muy perdidas y no sabían lo que era el menú solidario, por lo que tenías que buscarte tú la vida encontrando los platos. La ensalada César fue fácil de encontrar, porque además es imposible confundirla debida a sus ingredientes, pero con los medallones fue otra cosa. Yo pensaba que los medallones serían como lomo de ternera, pasado por la plancha a tu gusto (más hecho o menos) y luego te podrías poner la salsa pimienta. Así que me fui directa a la zona de la carne para que me los hicieran y la chica no tenía ni idea, así que vino el encargado y me mandó a la zona de pastas y comida "hecha". Y allí me encontré con una chica también medio perdida, que me sirvió algo así como dos hamburguesas pequeñas liadas en una especie de salsa blanca fría, y me puso unas pocas patatas fritas en el plato. Alucinada me quedé, la verdad.


En cuanto a los platos, bueno, pues vayamos a la crítica.
 La ensalada César es una de mis preferidas y las dos veces que la he preparado en casa me he dado cuenta de las diferencias abismales entre hacerla tú y comerla en restaurantes. Esta no estaba mal, para qué mentir, pero dejaba mucho que desear. Había mucha lechuga, tomates cherry (que supuesta mente no lleva), picatostes, unos trozos de pollo -tampoco muchos- y el queso, en lugar de aparecer en tacos o en polvo, venía como si fuera en pequeños lacasitos, cosa que me llamó la atención, porque estaban ricos. Faltaba cantidad de todo -excepto de lechuga-, y la salsa, de bote de toda la vida, era excasa, incluso con el buen chorro que le eché yo, aquello estaba muy pero que muy poco salseado.
Los medallones, ¿qué decir? Más allá de mi sorpresa al descubrir que los ricos medallones de ternera recién hecha eran hamburguesas envueltas en salsa blanca cocinadas hacía 4 horas, debo decir que estaba bueno. No era maravilloso, ni mucho menos, porque además la carne estaba muy picada y a mí me gusta menos suave porque me gusta masticarla, cuando está tan picada me cuesta más comerla. Estaban frías, y la salsa era cualquier cosa menos salsa de pimienta, tenía un toque a nata, a queso y también a especias, pero salsa de pimienta verde os puedo asegurar que no era. Las patatas fritas pues nada, de bolsa, y fritas. Poco más que decir.
En cuanto al postre... si no fuera por lo rancios que son en el trozo, que era minúsculo, el postre se llevaría un notable porque el pastel de queso estaba bueno. Dentro de los pasteles prefabricados de restaurante estaba bien, la verdad, pero con la nimiedad que te ponen en el plato, antes de que estés saboreándolo a conciencia ya te has quedado sin pastel.

Lo que comió mi madre, en comparación, me gustó bastante más y vi cosas muy ricas, así que no es que considere que el self service no está bien, sino que lo elegido para el menú solidario no fue la mejor opción. En las ensaladas había algunas con mejor pinta, luego tenían pasta -con unos raviolis en salsa de queso buenísimos- y después había carne de muchos tipos, que acabada de pasar por la brasa debía estar buenísima, y unas pizzas al horno a la piedra que quitaban en hipo. Una pena... ¡ah por cierto! Si queréis postre de mejor calidad o más grande en tamaño, hay sin problemas y con mucha más variedad, simplemente pagas 1€ más en caja y listo! ¿Te lo crees? Pues sí, yo me quedé atónita al ver que te pedían 1€ o incluso 2€ más por el menú, si elegías el brownie de chocolate o la tarta de frutos rojos con una cantidad ya más cercana a la normal. Alucinada me quedé...

El precio del menú está bien, de diario son 7.80 o 9€, dependiendo de los platos que cojas, y como entran dos platos, postre y bebida, no está nada mal. Pero hay un par de cosas que mejorar, la verdad.

Un beso a todos!

4 comentarios:

  1. Muchas veces se nos queda el trabajo olvidado, sin que vea la luz pero cuando lo disfrutas es mas duro.

    Veo muy bien calidad precio

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  2. Menudo trabajazo te has pegado!!! gracias por darnos tu recomendación.
    Besos

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