Este es uno de mis platos de pasta preferidos
y que más veces he hecho para invitar a comer a gente...
y a todos les gusta :)
Es sencillo, rico, y además plato único, así que... ANIMAOS!
Ponemos en una sartén 1kg de tomate triturado, con una pizca de aceite.
No añadimos ni azúcar ni sal, sólo ponemos a fuego fuerte y dejamos que pierda un poco de agua.
Añadimos las guindillas de cayena, para que tenga un toque yo le suelo añadir 2 o 3,
pero si os gusta el picante tenéis que pasar de 5, porque sino no lo notareís.
Sino, podéis optar por no echarle, queda igualmente rico, yo lo he hecho sin picante
y está muy bueno!
Por cada kg de tomate triturado que usemos, añadimos 500ml de nata para cocinar,
siempre antes de que el tomate esté frito del todo, para que no quede demasiado espeso,
sino que vaya cociándose paulatinamente.
Removemos bien hasta que coja un color rosáceo.
Ahora, le añadimos un buen vaso -de los de agua- entero de vodka, y removemos bien.
Ponemos a fuego fuerte para que rompa a hervir y pierda todo el alcohol
pero coja el gustito, que le da un toque muy característico.
Y por último, añadimos un sobre entero de queso rallado.
Yo uso el rallado normal del día, porque es un semicurado que le da muy buen sabor...
si le echáis mozzarella o algo así, no estará tan rico, y si le ponéis queso viejo o curado
igual os queda muy fuerte... pero todo es probar ^^
Hervimos la pasta, añadimos al tomate, y... voilà
aquí tenemos un plato de spaguettis con pepponne para chuparse los dedos!
Queda una salsa muy cremosa que le suele gustar a todo el mundo
y que aunque no sea lo más sano del mundo, de vez en cuando va bien comer algo así
que también hay que disfrutar de la vida!
¿Os animáis?
Oye, qué fácil y que rico este plato de pasta, me gusta :)
ResponderEliminarUn saludo guapa!!
La salsa tiene una pinta increíble!
ResponderEliminarBesos