Graduada + Cena en Arola'

Ay la madre! Llevo queriendo hacer esta entrada desde Julio -estamos en Noviembre- pero por unas cosas y por otras lo he ido dejando y tela. Este Julio me gradué de Periodismo con mención en Humanidades, POR FIN, y bueno... tuvimos graduación en la Universidad vestidos de gala con el decano y todo eso. Y bueno, yo me dije que hasta que no tuviera mi matrícula cerrada y el título pagado, no publicaría la entrada... ¡conseguí que me cerraran el expediente el 12 de Octubre, por unos problemas que hubo en la Uni -que me perdieron una nota- y ya desde entonces... he tenido tantas cosas que se me ha ido pasando.

Yo con mi vestido verde, que se me subía el forro que daba gusto, los taconazos y la banda de graduada. Sí señores, no soy un pibón, lo sé, pero es lo que hay... :)

La verdad es que me lo pasé bien y que estuve con dos de las personitas que más quiero

de estos 5 años que he estado estudiando en la Universidad :)

Y luego, a petición mía, fuimos a celebrar este buen momento a cenar mi madre y yo.

Y bueno, me hacía a mí muchísima ilusión ir a cenar al restaurante Arola, en el Hotel Arts,

del chef Sergi Arola. Es un chef al que admiro mucho y me encantan sus platos,

así que para mí fue una experiencia impresionante poder ir a cenar a su restaurante y celebrar allí

el haberme graduado :)

Hay que entrar con un ascensor propio en los bajos del Hotel Arts y en seguida que llegas, hay un precioso mostrador y una de las camareras -o camareros, pero había más chicas- te atiende y te acompaña a tu mesa. Esa será ya la persona que te servirá el resto de la noche. Se presenta con su nombre, muy agradable, y te explica un poco el tipo de servicio.

En nuestro caso nos pidió la bebida y nos explicó que la carta en Arola se basa de diferentes tipos de platitos, por lo que nos recomendaba tres por persona y luego un postre. Nos habló un poco de lo más típico, como las bravas, los buñuelos o los arroces, y nos dejó a nuestro aire para decidir.

Nos trajeron este tentenpié cortesía de la casa, en ese precioso vasito :)

Que si no recuerdo mal era como una crema de queso con puerro, espuma de cítricos, maíz y crema de la pasión o algo así... no me quedé con los detalles, pero estaba buenísimo.

Y luego ya nos decidimos por los platos y pedimos un poco de pan con tomate para acompañar, y agua para beber durante toda la comida, ya que mi madre no quiso vino.

El pan estaba muy rico, pero es que ya sólo la presentación en la cajita, con los tomates, los ajos, la sal y su aceite de oliva... todo tan en blanco y en harmonía con el resto del restaurante.

Reconozco que "es una pijada" pero me encantó.

LA PRESA DE CERDO IBÉRICO

cortada en finas lascas, queso de Idiazabal,

manzana verde, pistachos y guindillas

Cuando pedí el cerdo no me esperaba algo así, pero me encantó.

Incluso mi madre que no es muy proclive a la carne, y menos tan cruda, probó y le gustó

Pero es que ya no era sólo la jugosidad de la carne, el saborcito, lo fino que estaba,

sino lo bien que pegaba con el queso y la manzana verde o el pistacho...

Era eso que se ve siempre que dicen de "las texturas", pues sí, así me sentí.

Me encantó el plato.

MONTADITO DE LOMO DE ATÚN
de granja, ajetes y sésamo aliñados con soja y lima

Me apetecía muchísimo probar un pescado, así que me decidí por el atún

que a mi normalmente me gusta más que otros, como quizá la lubina.

No me defraudó.

Casi crudo, ese marinado con lima y la soja, leve, además del sésamo y las hierbas 

cuajaba completamente... me gustó muchísimo.

Si tengo que ponerle un pero, es que estaba un poco corto de sal.

LAS PATATAS BRAVAS DE AROLA

salsa brava y alioli

El verdadero motivo por el que me moría de ganas de ir a Arola.

Adoro a Sergi Arola desde que empezó, es un chef que sigo y que me encanta su cocina.

Y por eso mismo, estaba como loca por poder probar de una vez su reinterpretación de las bravas.

Lo digo sinceramente: valió la noche sólo por probar esta delicia.

Valen 12 eurazos 9 trozos de patata, cierto, pero los pagué muy a gusto.

La patata está buenísima, macerada en aceite, frita a máxima temperatura, 

queda toda crujiente por fuera y toda blandita por dentro.

Y las salsas: la brava pica, el alioli es cremoso y tenue, y de un bocado te comes una delicia.

ME ENCANTARON.

Son un capricho caro, pero oye... hay quien prefiere comprarse un bolso de 6.000€

Momento: Neus entusiasmada con la primera patata de la noche, a ver como sabía

y dispuesta a disfrutar el momento.

Rico es poco, y disfrutar fue exactamente lo que hice en esa cena.

ESCALIVADA CON ANCHOAS

con queso de cabra y un toque de aceite de arbequina

Fue el único plato que no probé, ya que lo pedimos exclusivamente para mi madre

porque es algo que le encanta y que se come muy bien -no le sienta mal y eso-.

La verdad es que dijo que estaba buenísima.

La escalivada hecha como debe ser, con su toque de arbequina, las texturas...

y las anchoas estaban buenísimas, sí que las probé, sin una espina y saladitas en su punto.

El puntito de queso de cabra era un poco "detallito de muestra", pero como crema

estaba que te mueres.

LOS RAVIOLIS

rabo de toro guisado en vino tinto,

con papada de cerdo, foie y ceps

La clara decepción de la noche.

Soy una ferviente enamorada de la pasta rellena y del rabo de toro,

así que estaba segura que uniéndolo me encantaría... y me quedé a medias.

Estaban buenos, pero la mezcla de rabo de toro con vino, papada de cerdo, foie y ceps es demasiado fuerte, no tiene un punto de cremosidad leve como un queso tierno o una salita que apague un poco todo ese sabor fuerte y la salsa de manzana que lo acompaña, esas gotitas que hay por el plato, es demasiado escasa en comparación a los raviolis, por lo que se me hicieron pesados.

Me faltó ese punto fresco que apagara un poco toda esa potencia del relleno.

EL BACALAO

servido a modo de buñuelos con crema de curry y cilantro

La sorpresa positiva de la noche, quién lo iba a decir.

Como queríamos coger 6 platos y mi madre tampoco es de probar muchas cosas nuevas,

fuimos a lo seguro con el bacalao que nos gusta a ambas... y ¡qué suerte que tuvimos!

En la vida he comido unos buñuelos de bacalao tan ricos.

Cremosos, blanditos, crujientes por fuera, con un toquecito muy leve de curry

y esa motita blanca de crema de queso azul con un punto fuerte.

Deliciosos, en serio, nos los comimos encantadas.

 

Se aprecia bien esa cremosidad en la foto... eran como croquetas de brandada de bacalao,

y además con el tamaño justo y precisamente de lo más barato de la carta.

Una opción que seguramente pocos elijan, pero que es una maravilla!

Y con los postres llegaron las sorpresas de la noche.

Había mucho dónde elegir, así que optamos por pedir uno para cada una.

Yo quería probar el cheesecake, que es "mi postre" como me pasa con las bravas,

pero también me quedé muy interesada con el 'Arola Boom'

Una bomba de chocolate dcon frutos secos, oro y yuzu, un cítrico asiático.

Así que uno para mí, otro para mi madre.

La sorpresa fue que la chica que nos atendió toda la noche -una pena no recordar el nombre-

nos preguntó si era nuestra primera vez, si celebrábamos algo... y le comenté que me graduaba y tal,

muy simpática me felicitó y nos fue explicando los platos y las cosas toda la velada, muy bien.

Lo que no me esperaba fue el detallazo... primero me preguntó que si me gustaba el chocolate blanco y le contesté que sí, y luego vino con el postre en esta lasca de pizarra...

Me dijo que normalmente ponen 'Arola Boom' o alguna filigrana, pero que le comentó al chef 

y tuvieron el detallazo de ponerme 'felicidades' por mi graduación.

No se me cayó la lagrimita porque me pilló por sorpresa total, pero me pareció un detallazo de la camarera y de la cocina... y les estaré eternamente agradecida por ello.

Además la bomba de chocolate estaba buena no, lo siguiente.

No es muy grande, eso es verdad, pero estaba buenísima.

Era como una galleta muy crujiente, con un mousse de chocolate, frutos secos,

un baño de chocolate con leche, y lascas de oro y el yuzu... en boca era una delicia, con el puntito de amargor del chocolate, los frutos secos, el cítrico... me encantó!

Y para terminar de enamorarme... a cuadros me quedé cuando trajeron el cheesecake.

Lo miré y pensé: madre mía, pidiendo un cheesecake, que te traigan esa cosita tan pequeña que parece helado y luego tanta fruta. 

Y mi madre que es muy inteligente, y que tiene muy buen ojo... me dijo, ¡es un trampantojo!

Y yo me quedé a cuadros, cuando pinchamos una de las fresas y resultó que era el cheesecake.

Si ya de por sí la presentación con las frutas y la galleta, y el helado era impresionante,

encima ver que esos dos fresones eran el cheesecake... me dejó alucinada.

Si a eso le sumas que estaba impresionantemente rico... es que es un postre de 10.

EL POSTRE DE MI VIDA.

Por favor qué rico, qué presentación!

Al salir le dimos una vuelta a todo lo que es la parte del Lounge Bar, dónde se hacen cócteles y hay un montón de sofás y cosas -lleno de guiris- y bueno... me quedé con la sensación que había valido muchísimo la pena ir y cenar en ese restaurante, con esos platos y esos momentos.

No es barato, ciertamente, pagamos 132€ en total, 6 platos + 2 postres, bebidas y pan,
es decir, 66€ por persona, pero es un día y bien hay que celebrarlo.
Reconozco que no es algo que pueda hacerse cada día, pero sí soy de esas personas

que considera que darse un capricho gastronómico es invertir muy bien el dinero

y yo reitero que en Arola cené de maravilla, me encantó el local y me trataron muy bien.

Espero repetir.