Cenita de tapeo

Berenjenas con miel. Sin duda la tapa por autonomasia... se la pidieron hasta en la sopa, exagerado de verdad. Estas les gustaron, pero las de la plaza de toros (según las expertas) estaban mejor.

Bombas. Extrañamente... eran de tortilla de patatas. La fritura estaba bien, pero la verdad es que al pedirte una bomba encontrarte algo así como una tortilla en forma redonda desconcierta... bien el punto de sal y bien la cocción. Mal porque bombas... no eran.

La cara que se nos quedó cuando vimos que efectivamente dentro de las bombas no había carne ni nada parecido, sólo patata y huevo. Una gran decepción.

Caracoles. Pasables. No me enamoraron, estaban ricos... pero lo justo. Picaban un poco y llevaban esa salsita muy ligera a la que le faltaba algo, porque en verdad no sabía mucho a nada en especial. Me faltaron los tropezones de chorizo o panceta a los que estoy acostumbrada en elos caracoles de mi tia...

Fajitas de pollo. La fajita industrial con un relleno más o menos pasable. No emocionaron, la verdad... las patatas chips de bolsa se ven por si solas.

Bocadillo de chorizos a la sidra. El pan estaba bien, típico, y bueno... mucho pan para tan poca chica. Los chorizos bien, les faltaba un poco de sidra porque apenas sabían... Chips igual que antes.

Alitas de pollo. Iban dos trozos y estaban muy ricas. Buen punto de fritura y un deje de sabor a finas hierbas, eso sí, las patatas fritas congeladas encima con el pelin de ketchup picante por encima te dejaban con una cara que no hace falta ni explicar...

A su favor: la variedad, y en general, estaba todo rico.
En contra: acompañarlo todo de patatas industriales no le da más valor al plato, además de que las raciones tampoco es que fueran muy completas. Faltaba chispa y gracia en todos los platos.

Este restaurante es el de la esquina de la Plaza del Triunfo, bajando por la calle de los Jerónimos dónde comimos también otro día, como ya os conté en esta entrada.